miércoles, 7 de abril de 2010

¿Son los partidos políticos de izquierda la solución para México?

He visto que mucha gente apoya fervientemente a los partidos de izquierda, festejan los discursos de sus diputados cuando dicen a la cara de los grupos de poder las cosas que hacen en detrimento de quienes les votaron, las protestas sobre las medidas que toman, en fin, de las muchas cosas que en discurso los partidos de izquierda llevan a cabo.

Sin embargo, no lo veo claro. No veo como podría hacerse realidad el discurso que proclaman estos partidos. Y no lo veo claro por las circunstancias en las que se encuentra el país.

Supongamos por un momento que los políticos de izquierda son lo que dicen ser. Supongamos que no existen políticos corruptos en esta fuerza política. Supongamos también que sus propuestas son las acertadas y tienen un plan de crecimiento sostenible para la nación fiable y factible.

Debemos tomar en cuenta no solo quién llegaría al poder, sino también en qué condiciones lo haría. Fox en su momento llegó en unas circunstancias muy favorables para él, una situación como la que tiene Obama actualmente. La sociedad estaba contenta, pues por fin se pudo sacar al PRI de Los Pinos, sin embargo, desaprovecho la situación en la que se encontraba y su ineptitud le hizo pasar del héroe que saco al PRI de Los Pinos a ser la mofa de la sociedad.

En la situación actual del país, en la que la sociedad está dividida, desilusionada, harta de la clase política, si la izquierda llegara al poder, difícilmente llegaría con el 40% de la votación y seguramente no alcanzaría ese porcentaje. Fox en su momento, ganó con el 42.5% de los votos. Recordemos que las propuestas foxistas tuvieron muchas dificultades para salir adelante en el congreso por no tener el apoyo suficiente, independientemente si fueran buenas o malas.

Tomemos en cuenta también que el líder de la izquierda actualmente es Andrés Manuel López Obrador, para muchos admirable, para otros tantos, odiado y repudiado, de manera que estos últimos harían una negación sistemática de las propuestas provenientes de él y sus allegados, sin siquiera evaluar los pros y contras de las mismas, ponderando mas el quién que al que en las propuestas.

En estas circunstancias, un gobierno de izquierdas tendría muy difícil llevar a cabo cualquier propuesta legislativa (tomemos como ejemplo a los vecinos del norte, con un Obama en circunstancias más favorables con su sociedad y el seguro médico universal que proponía tuvo que ser muy aligerado y aún así tuvo dificultades para salir adelante), además que los bloques opositores (PRI y PAN) son más cercanos entre ellos que con los partidos de izquierdas, de manera que votarían sistemáticamente en contra de las propuestas, pues a ellos les convendría que el gobierno de izquierda no logre nada para descalificarles continuamente y regresar al poder en las elecciones siguientes. Seguramente en estas situaciones saldrían personajes como Noroña a decirles antipatriotas, que solo buscan el poder, y demás cosas que reflejan el sentir de muchos mexicanos en su discurso, sin embargo, que les diga vende patrias, sinvergüenzas o cualquier cosa similar no les hace cambiar sus decisiones y seguirán haciendo exactamente lo mismo, pues a ellos lo que les interesa es el poder, no sus representados ni la opinión pública, pues esta la tienen asegurada con el duopolio televisivo.

Tal vez haya quien diga que como con Barack Obama, las propuestas tendrían dificultad para salir, pero al final saldrían y eso poco a poco llevaría a mejorar el país a la larga. Yo me pregunto ¿Es eso suficiente? ¿Tendríamos que conformarnos con propuestas mochas? ¿En realidad estas propuestas mochas harían avanzar al país? A la larga ¿realmente podría llevarse a cabo un proyecto de nación con tanto enemigo político que difícilmente dejaría darle continuidad a un gobierno de izquierda? Yo no lo veo claro.